Recorro con la mirada la silueta del casco de un velero encallado en la orilla.
Viejo, oxidado, herido de muerte, ha hincado la rodilla en una orilla verde esmeralda.
No volverá a desplegar su blanco trapío.
No volverá a surcar el gran azul.
Carpe Diem
Puerto de Andratx. Mallorca
febrero 2011
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